Tiempo de entrega entre 2 - 4 días hábiles. Envío gratis a partir de 59,95€ y devolución gratuita (Península)

Tiempo de entrega entre 2 - 4 días hábiles. Envío gratis a partir de 59,95€ y devolución gratuita (Península)

¿Por qué no deberías comer en la cama?

Uno de los pequeños placeres que tienen los seres humanos es que nos traigan el desayuno a la cama y poder comérnoslo tranquilamente mientras nos empezamos a despejar dentro de nuestra cama. ¿Quién no le ha pedido a su pareja que le traiga el desayuno a la cama? Hoy os contamos por qué ¡NO deberíais hacerlo!

Como ya os comentamos en el anterior post las cosas que no debes hacer en la cama, ahora que llega el invierno queremos profundizar sobre una temática muy recurrente en estas épocas: comer en la cama. Existen infinidad de informaciones acerca de este hecho, algunos que lo recomiendan, otros que no. Desde nuestra perspectiva, te vamos a contar por qué NO deberías hacerlo.

En primer lugar, comer acostado es algo por lo que tu estómago no te lo agradece. A la hora de ingerir alimentos el estómago debe estar lo más recto posible. Al estar acostado el estómago se expande y tiende a acumular más grasa en el abdomen y la comida puede pasar hacia los pulmones y no hacia el estómago.

Por otro lado, tu habitación no olerá bien. Esto no es simplemente que tu habitación no olerá correctamente sino que ciertas comidas dejan bastante aroma el cual se coge a la ropa de cama, incluso a zonas de tu habitación. Esto lo que nos provocará que hasta que no lavemos nuestras sábanas podremos estar oliendo en ciertos momentos la comida que comimos anteriormente. Esto acabará provocándonos volver abrir el apetito cuando en la cama se busca descansar.

Somnolencia post-comida. ¿A cuántos de vosotros no os entra sueño después de comer incluso en el desayuno? Según Burdakov la glucosa que procede de la comida provoca una disminución sobre la producción de orexinas que son las encargadas de mantenernos alerta. Todo esto, se agrava si nos encontramos ya directamente en la cama y acostarnos es un simple abrir y cerrar de ojos. La consecuencia: mala digestión, no quemarás calorías y tu cuerpo lo convertirá en grasa al estar en reposo.

¡A todo esto, nunca viene mal que de vez en cuando nos sorprendan con un desayuno en la cama! ¡Una vez al año no hace daño!